Luchar, remar y persistir. Ítaca siempre fue el destino de Ulises, el protagonista de “La Odisea”. El mapa tiene la cruz marcada hace 10 años. Una década de fracasos, naufragios y maldiciones. Todavía quedan remanentes de la lucha con el cíclope Polifemo -que despertó la furia de Poseidón-, el hechizo de Circe o el maleficio de Zeus en la Isla del Sol. ¿Costó superar las adversidades? Demasiado. Pero, el regreso a la isla iba exigir el enfrentamiento contra todo y contra todos. La odisea de San Martín en la Primera Nacional es similar. 

No tan prolongada como la del héroe griego –atraviesa el quinto año consecutivo en la categoría-, aunque con muchas desazones en el historial. No sólo por el revés del TAS en 2020 y la desaparición de los 44 puntos, sino porque el regreso a Liga Profesional siempre se vio frustrada por uno u otro motivo: la imprecisión frente a Tigre; el infortunio contra Ferro en Caballito; la apatía frente a Defensores de Belgrano; la escasa generación contra Almirante Brown; el arbitraje de Diego Ceballos frente a Riestra. Todas experiencias que marcaron al “Santo”.

Pero Diego Flores y sus marineros aparentan tener las armas para romper el sortilegio. Tanto es así que el equipo superó ampliamente las estadísticas de los últimos tres años. No sólo porque se convirtió en el que más victorias consiguió (19 para ser exactos), sino que mostró la solidez necesaria en los cruces fundamentales. Así, hoy es líder con cinco puntos de ventaja sobre San Martín de San Juan y 17 unidades sobre Gimnasia de Jujuy (el tercero). La diferencia es tan amplia que, con dos victorias más, se aseguraría el primer o el segundo puesto. Ese hecho no sucedió en las dos temporadas con Pablo de Muner y mucho menos con Pablo Frontini, años en los que nunca logró consolidarse en la cima. Pero, vamos por partes…

La temporada 2023 fue un vaivén constante para San Martín. El mal arranque de Iván Delfino -se fue en la fecha 10-, el mal armado del plantel y el infortunio de Frontini derivaron en la cuarta desazón consecutiva. San Martín había finalizado la fase regular en la tercera posición con 56 puntos en 36 partidos y 15 victorias. Es decir, ocho puntos menos que el rendimiento actual. Tampoco puede pasarse por alto que, en ese período, sólo consiguió cuatro victorias de visitante -23% de efectividad-. En tanto, el equipo de Flores logró el doble -50% de los triunfos fuera de casa-. A esto debería sumarse que el San Martín modelo 2023 perdió 12 veces, mientras que el actual acumula cinco caídas.

La comparación no termina allí. El “Santo” ya hizo una mejor campaña que la “Fragata”, que con 61 unidades fue el ganador de la zona del año pasado; aunque todavía no superó a Independiente Rivadavia –hizo 68 puntos y consiguió 20 victorias- y a Chacarita, que fue el escolta de la zona “B” con un punto menos. En este caso debería considerarse que los equipos de este grupo jugaron dos partidos menos que los de la zona “A”.

Con respecto a la performance de 2022, el “Santo” está a dos unidades de igualar lo realizado en el segundo año de De Muner: terminó 3° con 66 unidades conseguidas en 36 partidos (17 triunfos). En aquel certamen, el “Santo” fue el equipo que menos perdió –cuatro veces- y el segundo que menos goles recibió -21 tantos en contra, uno más que Gimnasia de Mendoza-.

En comparación con los ascendidos, Flores está a cuatro puntos de igualar la campaña de Instituto. La “Gloria” finalizó el torneo con 68 unidades -19 triunfos- y subió a la Liga Profesional por medio del Reducido. Sin embargo, todavía está lejos de igualar la campaña de Belgrano, que consiguió 79 puntos y ganó 24 veces. Es más, el “Pirata” se aferró a la cima en la fecha 7 y desde allí no bajó del primer puesto en todo el certamen. Para igualar dicho récord, el “Santo” debería ganar cinco partidos de los siete restantes.

Los rendimientos de 2021 fueron más bajos, aunque sólo se jugaron 32 partidos. En aquella ocasión, San Martín finalizó 4° con 57 puntos y ganó 15 veces. Es más, también tuvo el hito de ser el equipo que menos derrotas sufrió –cinco-. Tigre, el primer ascendido, ganó la zona “A” con 60 unidades y consiguió 17 victorias; mientras que Barracas Central, el otro que subió, disputó 34 duelos y acumuló 58 puntos.

Todo este recuento deja en claro que San Martín viene teniendo un gran rendimiento con respecto a los últimos años. Es cierto, todavía falta. Sin embargo, los marineros del barco de Flores ven la costa itacense a través del catalejo. Algunos estiman que están a siete kilómetros, aunque parecen ser los más largos de los recorridos. ¿Romperán con la maldición que los acompañó en los últimos cinco años? El tiempo lo dirá, pero el navío continúa su curso y quiere clavar las anclas en el destino soñado.